Un gobierno en descrédito

Ya se enfrentó a Sarkozy cuando este le advirtió sobre las nefastas conscuencias de una política de inmigración que solo podía llevar al fracaso. Luego apoyó a Segolene Royal, tal como había hecho con Schroeder en Alemania. Fracaso para ambos, claro.

Las meteduras de pata de nuestro Presidente no tienen parangón en otros paises. Y a nivel de mandatarios solo se le puede comparar con George Bush, mal que le pese. Su desfachatez y su prepotencia van parejas.
Es el único mandatario occidental que conozcamos que anula una cumbre y entrevista con otro Primer Ministro porque “estaba cansado”. Una semana después Polonia votaba contra España en la UE.

En una demostración de su tacto diplomático y su visión de futuro, Zapatero calificó de “fracasada” a Angela Merkel, después de que fuese elegida canciller de Alemania. Y lo remató engañándola a cuenta de la OPA de E.on sobre Endesa. Zapatero voló a Berlin en avión oficial para oir cantar a su mujer en agosto de 2006, instruyendo a la embajada para que mantuviese el secreto del viaje.

Claro, así nadie le tiene respeto ni le toma en consideración. Las tomaduras de pelo de Evo Morales, las chacotas de Senegal y Mauritania, desmintiendo al gobierno y a su vicepresidenta son ya norma. Ahora el escándalo de la CNMV se suma al descrédito de un gobierno que nada pinta en el terreno internaional.